Tras años de lucha los residentes en la zona consiguen disponer de casi los mismos servicios que cualquier otro vecino de la localidad
En plena Serra d’Irta, la urbanización Las Atalayas se ha convertido en uno de los mejores miradores de Peñíscola. Desde sus casas, los vecinos pueden admirar las playas, el casco antiguo y, como no, el Castillo del Papa Luna. No obstante, aunque parezca un enclave idóneo para residir, lo cierto es que los habitantes de esta urbanización han tenido que pelear duro hasta que han conseguido que el Ayuntamiento de la localidad se haga cargo de su gestión, lo que ocurrirá en los próximos días. Hasta la fecha, la responsable de la urbanización era la empresa promotora, por tanto las calles eran de propiedad privada.
Cualquier desperfecto o cualquier carencia en los servicios, debía ser reclamado a la empresa, que en muchas ocasiones ha llevado de cabeza a la Asociación de Vecinos Monchells-Las Atalayas, que cuenta con 400 asociados. Desde su creación, hace ahora 11 años, los vecinos han denunciado la falta de servicio de correo postal y carencias en el alcantarillado y el alumbrado, la construcción de más viviendas en la cima de Las Atalayas, la mala señalización, la falta de seguridad en las calles o la carencia de una vía de evacuación en la urbanización, entre otras cosas. Wolfang Spiess, portavoz de la asociación, es uno de los vecinos más veteranos de la urbanización. Tanto para él como para el resto de integrantes, la noticia del traspaso al Ayuntamiento, ha sido más que positiva.
“Ahora por fin, seremos ciudadanos de Peñíscola. Desde que existe la asociación, hemos luchado por sus derechos y hemos logrado muchas cosas. Después de once años, lo hemos conseguido”. Spiess también pone muchas esperanzas en la empresa FACSA, que se hará cargo de la gestión del agua. “Confiamos en que la calidad del agua mejorará si está en manos de esta empresa”, que es responsable del servicio en el resto del municipio. En ocasiones han denunciado que el sabor a cloro y otros desconocidos desaconseja su consumo. De hecho muchos vecinos, que obtienen el agua de pozos, tan solo utilizan agua embotellada, incluso para cocinar.
Los vecinos también encabezaron la lucha contra la ejecución –entendían que irregular- de una nueva urbanización en la cima de las montañas de 3.300 viviendas, que ahora se halla recurrida en el Supremo tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que dio la razón a los residentes. Desde que se construyó la urbanización, hace unos treinta años, el abastecimiento de agua potable es una de las denuncias recurrentes de la asociación. En reiteradas ocasiones, han recordado que las casas no están conectadas a la red pública de Peñíscola y que se ven obligadas a pagar unas cuotas más altas. Otro de los problemas es la situación de Correos. “En un futuro también creemos que mejorará”, dice Spiess, “Las 1.500 parcelas de Atalayas no reciben el correo. Necesitamos tener un apartado de correos e ir personalmente a buscar las cartas, ya que no llegan hasta aquí”.
El portavoz también recalca que la seguridad en la urbanización preocupa, y mucho, a los vecinos. “Desde enero de este año, una de las casas ha sufrido cuatro ataques seguidos. Es necesario que la policía local y la Guardia Civil hagan más visitas a las Atalayas para acabar con este problema”, reclama. El pasado verano la entidad denunció que las placas de varios vehículos de nacionalidad alemana eran robados, con el objetivo de realizar transportes de vehículos robados en Alemania y Francia por carretera a otros países. No obstante, Spiess es optimista y cree que la nueva situación legal de la urbanización también implicará el fin de las deficiencias que aún quedan pendientes. La transferencia de las Atalayas al Ayuntamiento se hará efectiva el 1 de enero de 2012, hasta entonces, el consistorio y la promotora Zyssa –heredera de quienes construyeron la urbanización hace décadas- harán conjuntamente la gestión. Las Atalayas es una de las urbanizaciones más veteranas de Peñíscola, que llegó de la mano del desarrollismo de los años 60 ligado al turismo.
Para hacer efectiva la transferencia a la localidad, el Consistorio exigió en 2008 una cesión en condiciones de la urbanización, lo que supuso el asfaltado el año pasado de los viales y la mejora de la iluminación. Las convocatorias de las asambleas de la urbanización se hacen en cuatro idiomas: castellano, francés, alemán e inglés. Internet ha supuesto un revulsivo comunicativo y de organización para la gente de las Atalayas. Desde allí se canaliza la información que se recibe tanto de ayuntamiento como de Correos o del estado de las quejas en los distintos ministerios.